viernes, 25 de febrero de 2011

SOBRE LA INSEGURIDAD JURIDICA: REFLEXIONES DESDE LO ETICO, LO POLITICO Y LO SOCIAL.


SOBRE LA INSEGURIDAD JURIDICA: REFLEXIONES DESDE LO ETICO, LO POLITICO Y LO SOCIAL.

La falta de seguridad jurídica en el Ecuador  es un tema antiguo que se agudiza cada vez más por la inoperancia de los medios de control del Estado y de la Sociedad Civil.  Lamentablemente, la inseguridad invade cada vez más la esfera pública y privada en detrimento de los contratos privados y cualquier otra modalidad de compromiso entre partes interesadas. El comportamiento ético se pervierte. La moral se relativiza. Los valores se materializan. El positivismo puro y frio se afianza.
Las acusaciones de corrupción se producen a diario y cada vez con mayor intensidad, por las dimensiones de las actividades productivas, más intensas y descentralizadas, y por los flujos de capital, cuyos montos en el mundo global  alcanzan dimensiones nunca vistas en la historia de la humanidad.
En países del tercer mundo, la demanda de la India y la China caen como las primeras aguas de verano, por los incrementos de precios en productos agrícolas y petróleo. El Estado incrementa sus ingresos y el populismo aflora. Los nuevos ricos pululan. Algunos gobiernos reviven la experiencia de los años 70, con el incremento de los precios del petróleo: “plata fácil, gasto innecesario”. Otros actúan racionalmente y reducen las distancias con el primer mundo: “de países emergentes se convierten en EAGLES (Emerging and Growth Leading Economies), simplemente, invierten sus riquezas y siembran un futuro mejor y prometedor”
Los contratos y sus disposiciones, caminan por un lado y la aplicación de la justicia camina con su propio ritmo e intereses por el otro. Aquello de que los términos y condiciones de un contrato son considerados ley para las partes ha quedado en la pura teoría, cuando la doctrina y la ley caminan por rumbos distintos de la correcta aplicación de la  justicia. El concepto de justicia mismo ha degenerado en un total y completo relativismo, donde el parentesco, la amistad, las influencias, los intereses creados, el poder político, y otros factores, condicionan para cada caso individual la interpretación y aplicación de la ley. Lo particular prima sobre lo general y las excepciones priman sobre la regla, y la sociedad civil muere de fatiga y dolor en el “peladero judicante”.
La descomposición moral de la sociedad civil se acentúa y la sociedad política se contamina y ambas  repotencian la corrupción de la justicia, ya que las prácticas y procedimientos aplicados salen totalmente fuera de la institucionalidad formal, configurándose así un verdadero sistema de Insumo-Producto y retroalimentación eficiente, para el perfeccionamiento “cultural” de la corrupia corrupta. A la larga, la sociedad civil se sacrifica, se autoinmola.
En otro ámbito, respecto de la finalidad y operatividad de los contratos, en términos comerciales y económicos en general, la moda vigente consiste en buscar a toda costa y por todos los medios la caducidad de los mismos, antes que superar las posibles y normales controversias que se pueden suscitar en toda práctica comercial o financiera.
La práctica del arranche se impone y los bienes ajenos son codiciados con especial empeño.
Todo contrato es un instrumento convencional en función de una actividad humana que debe regularse, conforme a los términos y condiciones previstas en la ley, y de acuerdo al interés y conveniencia de las partes. Un contrato comercial, por ejemplo,  pretende fijar los términos y condiciones generales y de conveniencia, en el marco de la ley, para que las partes realicen sus respectivos objetivos utilitarios, dando origen a la celebración del contrato y aplicación de los términos de conveniencia.  En consecuencia,  toda controversia o conflicto debería superarse en defensa y protección de los objetivos de las partes y no en interés de abogados, jueces y personal de los juzgados, o de alguna autoridad o poder  político interesado. Apelamos con vigor con al slogan de campaña de Clinton: “Se trata de la economía estúpido, de la economía”.
En tal virtud, la vigencia y respeto de los contratos constituye uno de los principales pilares y sustento de nuestras democracias liberales representativas, pero como bien lo explica el Dr. Fabián Corral:

“Es uno de los principios más enunciados pero menos comprendidos y aplicados. Más aún, constituye una genuina aspiración de la sociedad. Pero, hay quienes dicen que la seguridad jurídica es una excusa para mantener el statu quo, y un argumento para defender privilegios y obstaculizar el cambio” (Fabián Corral, La Seguridad Jurídica. Diario El Comercio, 01 de febrero de 2008).



La seguridad jurídica se mide por la aplicación de la justicia en función del régimen o marco jurídico vigente en nuestras sociedades, y no necesariamente para defender privilegios mediante prácticas corruptas ya denunciadas, o reproducir relaciones de poder. Un régimen de derecho y vivir bajo un régimen de derecho, puede traer o no consecuencias perversas dependiendo del uso que se de al ordenamiento jurídico. Se trata más bien de la “cultura jurídica”, sustentada en lo que es éticamente correcto, la que moldea un comportamiento justo como antesala y sustento del ordenamiento jurídico. De no ser así, no tendría sentido aspirar a un verdadero régimen democrático, llámese democracia británica, parlamentaria o presidencialista, representativa o directa. Tampoco tendría sentido un régimen socialista, comunista o populista, puesto que, lo pervertido pervierte.

En consecuencia, atacar o condenar la norma per se o al orden jurídico per se no tiene sentido, puesto que la bondad del instrumento depende del uso del instrumento. Un bisturí no es un instrumento bueno o malo per se, y su uso y resultados dependen de la formación, experiencia  y capacidades del médico; de su capacidad técnica y científica para sanar, y de su predisposición para hacer el bien.

En cuanto al aspecto doctrinario, la seguridad jurídica es un tema de producción reciente en los textos ecuatorianos, pero el problema no solamente se origina ahí. Sin embargo, el concepto podría estar mil veces consagrado y definido en la constitución y cuerpo de leyes, pero no habrá seguridad jurídica mientras no se valore y se interiorice el valor de la seguridad jurídica. Al respecto, por ejemplo, la existencia y reconocimiento de un derecho no necesariamente implica el goce pleno de ese o esos derechos, especialmente en el ámbito de los derechos económicos y sociales, ya no se diga en el ámbito de la administración general de la justicia. Se trata entonces del goce efectivo de un derecho y no del reconocimiento de un derecho. Se trata de sustentar, reconocer, implementar y aplicar la norma, y no de formularla simplemente.

Concuerdo plenamente con el Dr. Fabián Corral cuando afirma que:

“La existencia de reglas de juego sólidas, justas y bien hechas asegura la previsibilidad respecto de los actos de las autoridades y de los jueces. La responsabilidad legal del Estado y sus funcionarios y la posibilidad de demandar daños y perjuicios por sus acciones y omisiones, garantizan el apego a la Ley” (Fabián Corral, La Seguridad Jurídica. Diario El Comercio, 01 de febrero de 2008)

De acuerdo. Pero el problema no radica solamente en la existencia o elaboración de las leyes, sino más bien en el análisis perverso del costo-beneficio por infringir la ley o aplicar criterios equivocados para beneficiar una de las partes, “interpretando” la ley. Nuevamente, regresamos al concepto de ciudadano “virtuoso” del que hablaba Montesquieu para que un sistema de equilibrio de poderes funcione y una existencia plena en derecho se haga realidad; “Creer en el estricto cumplimiento y apego a la ley”.
En definitiva, es la ética de la sociedad civil el sustento moral de la sociedad política o sistema político-administrativo, y eso incluye al poder judicial, como uno de los principales poderes del Estado.

HARRY DORN HOLMANN





 

miércoles, 16 de febrero de 2011

SINTONÍA DEMOCRATICA




SINTONÍA DEMOCRATICA
DONDE LA CALLE TIENE MUCHO QUE DECIR
Al finalizar la segunda guerra mundial emergen los nuevos regímenes al frente de los países de África del Norte y  Oriente Medio, y se consolidan nuevos líderes en el poder ya sea por su carisma, por la tradición, o por alguna forma de legitimidad formal (para aplicar la teoría de la dominación del maestro Weber) o, por la fuerza, léase, golpe de Estado. Vemos nacer la figura de todo un Nasser que sacará provecho de tiros y troyanos ante la disputa de soviéticos y estadounidenses por el control del Canal de Suez y las valiosas  fuentes y reservas de energía de la región. Franceses y británicos darán sus últimas patadas de ahogado por recuperar el control de sus influencias perdidas y el poder de los Estados Unidos tendrá la última palabra sobre la geopolítica para la región, es decir, acerca de las nuevas formas de dominación. El argumento ideológico es: “fin de la era colonial”.
Posteriormente, serán los italianos, guiados por el  gran Enrico Mattei, Presidente del Ente Nacional de Hidrocarburos (ENI),  quienes buscarán provecho en la zona. Mattei, hombre de gran visión, capacidad diplomática y gran talento, pagará con su vida su atrevimiento y éxitos obtenidos por aplicar una política realista y pragmática en materia petrolera y en beneficio para su nación. Su avión explota a consecuencia de una bomba colocada en su avión, apenas a cinco minutos de aterrizar en el aeropuerto de Milán.
La Guerra Fría entrará en su fase más aguda, cada bloque mueve sus piezas de acuerdo a sus propios intereses, surgirán figuras como el Sha de Irán y se buscará consolidar regímenes democráticos y de hecho (es el caso de Israel y algunas monarquías árabes respectivamente) afines a los intereses de los Estados Unidos y las grandes corporaciones petroleras con sendos intereses en la región. Surgirá también el movimiento de países no alineados, desde la Conferencia de Bandung en 1955 y la Primera Conferencia Cumbre de Belgrado en 1961, liderados por Nasser y el Mariscal Tito, entre otros,  Finalmente y después de  cuarenta años de Guerra Fría, colapsa la Unión  Soviética y cae el Muro de Berlín.
Pero, “il mondo gira”, evoluciona, y los acontecimientos no se hacen esperar. El nuevo año emerge y el mundo árabe se convulsiona, y desde hace más de un mes, las mentes, ojos y oídos se concentran en Tunes primero, Egipto después, y la llama de la libertad y reivindicaciones sociales se propaga a Irak, Irán y Sudan.  África ruge y los dictadores ponen las barbas en remojo. “Que esto no es Egipto”, dicen algunos, que “hay que  renovar el gobierno”, proclaman otros, pero el nerviosismo invade a todos los regímenes dictatoriales o regímenes de hecho en toda la región y el mundo, y los pueblos persisten engorilados en su lucha, sintonizados y patrocinados bajo el ojo crítico de las redes sociales encadenadas por las maravillas del Twitter y Facebook.
Las posiciones se radicalizan. El parlamento iraní reclama y amenaza con la pena de muerte contra los manifestantes, y el Presidente Obama invita al pueblo iraní a ser tan valiente como el pueblo egipcio. Peligro! Este discurso sobre la valentía me huele a lo de Radio Libertad, durante la crisis de Hungría, cuando el apoyo de occidente nunca llegó. Claro, me refiero al apoyo militar y económico para rechazar la influencia soviética en aquel momento, y no al apoyo moral, tan abundante y devaluado hoy en día.
Pero los tiempos cambian, y en el levantamiento egipcio, el desarrollo tecnológico supera las mañoserías y caprichos del “ultimo Faraón” y ante la clausura del Ciberespacio, Google y Twitter habilitan el "Speak2Tweet" (una aplicación de Twitter para gravar la voz), superando inconvenientes y obstáculos de una dictadura obstinada y anacrónica. En el más puro sentido de Michael Hardt y Antonio Negri, el pueblo egipcio, los pueblos árabes, el pueblo de Irán y la comunidad internacional se convierten en uno, se aglutinan en la  “Multitud” (Hardt y Negri. 2004), a pesar de las diferencias culturales, raciales, de género y de vida con el resto del mundo. De pronto, se globaliza lo local y se localiza lo global, en una amalgama que nos invita a entender, comprender, explicar, y por supuesto, a solidarizarnos con aquellas comunidades atrasadas y oprimidas por regímenes obsoletos que no compaginan con las necesidades y realidades de sus pueblos.
Y entonces, como por encanto, se vuelve realidad aquel desafío que los autores antes mencionados plantean en su obra: “El desafío que plantea el concepto de multitud consiste en que una multiplicidad social consiga comunicarse y actuar en común conservando sus diferencias internas” (Michael Hardt y Antonio Negri. 2004: 16). Y, poco a poco, los discursos light se radicalizan más y más, las declaraciones se multiplican y la sociedad internacional exige que se atiendan las exigencias del pueblo egipcio. Las redes sociales emergen como el gran caudillo en la lucha  política, llamando a la solidaridad global.
Bajo los esquemas clásicos del caudillismo y populismo tradicional, el líder interpreta, el líder promete, el líder resuelve, el líder concentra las decisiones y el poder. Los líderes carismáticos son dueños únicos de la retorica, “la retorica del líder”. Sistemáticamente y en una sola vía, el líder apela a lo popular y fragmenta el campo político: pueblo versus oligarquía, pueblo versus imperialismo. El líder carismático es incompatible con los compromisos y arreglos formales pues se sitúa por encima de los canales institucionales.
En cambio, el nuevo liderazgo de las redes sociales es anónimo, carece de nacionalidad, de ideología, no es uniforme y carece de institucionalidad. El nuevo “líder” crea y produce. El nuevo líder sistemisa las partes, lo local y lo global. Los lasos en común no son impuestos: “En realidad, lo común que compartimos no se descubre, sino que se produce”….”Nuestra comunicación, colaboración y cooperación no se basan únicamente en lo común, sino que lo producen, a su vez, en una relación espiral siempre en aumento” (Michael Hardt y Antonio Negri. 2004: 17).
En el mundo global, las redes sociales y los medios modernos de comunicación “unen”, en un dialogo constante y permanente, donde el mensaje, las ideas, los compromisos y los llamados de libertad van y vienen en ambos sentidos, en un feedback enriquecedor, bajo un solo mensaje y aspiración global: “El factor común que se haya en tantas luchas y movimientos de liberación del mundo contemporáneo, a escala local, regional y global, es el anhelo de democracia. Obvio es decir que el anhelo y la reivindicación de una democracia global no garantiza su realización, pero no deberíamos subestimar el poder que pueden tener tales reivindicaciones”  (Michael Hardt y Antonio Negri. 2004: 18).
Hoy en día los pueblos se informan, se unen, y no se dejan fácilmente intimidar. Democracia, es el grito de lucha de la sociedad internacional.
BIBLIOGRAFIA
Michael Hardt, Antonio Negri, Multitud. DEBATE. 2004.

viernes, 11 de febrero de 2011

EL GUIRIGAY POLITICO


EL GUIRIGAY  POLITICO

Jueves 10 de febrero de 2011, un solo día, en diario El Comercio de Quito, se lee:
“La Corte Constitucional entre denuncias y presión política”
“Dalo Bucaram denuncia que la corte le pidió dinero”
“Pablo Izquierdo: El Sistema de salud esta desarticulado”
“El robo de la custodia”
La pequeña Denisse Mishel no quiere volver a la casa donde fue ultrajada”
“¿Por qué los vocales de la Judicatura no se van a la casa? ¿Cuáles son los intereses que se manejan detrás de todo eso? (Entrevista a José Serrano, Ministro de Justicia, pagina tres)”
“7 afrontan penas por terrorismo”
“1,5 millones por mi papá” (Entrevista a Dalo Bucaram, Asambleísta, pagina 5)
¿Quién puede decir algo de una mujer que ha vivido toda su vida en una casa que le dio el IESS, que siempre ha tenido la frente en alto? ¿Los nuevos ricos del Gobierno que antes arrendaban departamentos y ahora viven en mansiones? (Legisladora Cynthia Viteri, pagina 5)
“Pedido de inmunidad para la veeduría del caso Fabricio Correa” (página 5)
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La jerigonza ejecutiva, legislativa e institucional en general, se vuelve más confusa y barzonera. Con motivo de las múltiples denuncias de corrupción que están a la orden del día, para todos los gustos y para todos los bolsillos, la clase política en general hace gala de un GUIRIGAY propio de mercados y galleras donde las acusaciones de “ladrones y rateros” se convierten en cosa común, que brincan a saco roto, ante la indiferencia de todos.
Las formas se pierden a pesar de la presencia de medios, donde los actores políticos se transforman, y los temas estratégicos se vuelven personales. La facundia hiriente y libertina desplaza el debate político de altura, y los problemas se multiplican; los niños mueren en las salas de emergencia, la aprobación del ATPDA se dilata, las inundaciones están a la orden del día, la delincuencia mata, roba, viola, y la sociedad civil, desnuda y desarmada, clama simplemente por justicia y ruega a Dios, ante la inseguridad y la impotencia.
Ecuador es un país vulnerable en todo sentido. Vulnerable ante la debilidad institucional, vulnerable ante la delincuencia, vulnerable sin el ATPDA, vulnerable ante los embates de la naturaleza, vulnerable ante las enfermedades, vulnerable ante la corrupción, vulnerable en su comercio exterior, vulnerable en su balanza de pagos, vulnerable en su educación, vulnerable en su calificación crediticia, vulnerable en sus relaciones internacionales, vulnerable en su gobernabilidad, vulnerable en su seguridad interna,  y, vulnerable en sus gustos, su moral y sus costumbres.
La autenticidad ecuatoriana se pierde con los vidrios oscuros, la prepotencia, las corbatas a rayas y el guirigay barato y superficial. La novelización del quehacer político, dramático, sabroso y pachanguero, lejos de promover la virtud, promociona el Bacará, el 21 el trago barato y la ruleta. ¿Quién dijo alguna vez, de lo bueno lo mejor?
El Foro político es el fiel reflejo de la vulnerabilidad social, y del barzoneo y desenfreno en que vive la sociedad civil y política. El Zorro entró en el gallinero, probó del fruto prohibido y perdió el miedo a ser sorprendido en plena faena.  Consciente de las debilidades del sistema, roba para salir libre y volver a robar. Si todos roban y delinquen, ¿por qué no lo puedo hacer yo?
La institucionalidad política es una fachada. Inmersos en la anatomía de una democracia representativa, vivimos una plutocracia autodistributiva, agresiva y temeraria. Las denuncias, las cifras y las pruebas están a la vista, sin pudor y sin recato. Se ha perdido el fondo y las formas. La comunidad se recoge en un sopor indiferente, indefensa e indefendible, pues ha perdido todas sus armas, sus derechos, sus controles, sus veedurías, sus instituciones. La sinceridad es un pecado. “Atenta contra la inseguridad del Estado”. La transparencia es un delito. “Amerita juicio penal”.
¿Donde ha quedado aquel comportamiento ético acorde con las creencias y el buen juicio? ¿Donde están los líderes con decisiones solidas y coherentes, con valores reales en el discurso y la acción política?
El país necesita dirección, guía, claridad, y superación de los conflictos, bajo un liderazgo sustentado en valores, dinámico, sin golpes bajos ni procesos burocráticos que embotan las iniciativas y cohíben las aspiraciones sociales. Es indispensable un baño de verdad,  que lo correcto substituya la comodidad, lo racional a lo popular, la visión de largo plazo al  interés cegatón de corto plazo.
Las nuevas generaciones deben perder el miedo al atrevimiento emprendedor, tienen que trabajar con audacia, plantear metas grandes, manteniendo la coherencia entre valores, metas y comportamiento, buscando la integridad para sí y para los demás. Un liderazgo integro requiere de un gran compromiso, consigo mismo y con la comunidad. En el Ecuador, es cuestión de vencer o sucumbir.