viernes, 31 de agosto de 2012

ODIOSO REALISMO



OTRA VEZ EL ODIOSO REALISMO
DE PARTE Y PARTE

El caso Julian Assange nos deja nuevamente una gran lección que se repite y afirma a lo largo de la historia de las relaciones internacionales; En un mundo global complejo e interdependiente las decisiones de los Estados están condicionadas por la relación beneficio-costo incorporando principios, valores, visiones, intereses, percepciones, opciones, alternativas de todo tipo, sensibilidades, vulnerabilidades, donde compiten constantemente en sí, para sí, y entre sí, el ser versus el ser, el deber ser versus el deber ser, y, el ser versus el deber ser.
 En efecto, no cabe la menor duda que el concepto de soberanía británico no es similar al concepto de soberanía ecuatoriano (tratándose del caso específico de Julian Assange), ni el concepto de justicia es similar, ni la defensa a la libertad de prensa es la misma. El presidente Correa ha sido claro en que no se negocian derechos humanos, no se negocian libertades ni se negocia la soberanía aunque sea ante el más fuerte. Los británicos por su lado han sido claros, en que ellos no negocian ni condicionan los esfuerzos de hacer justicia, ni escatiman esfuerzos ante un potencial criminal, ni se dejan amedrentar por la prensa internacional, ni sobreponen los derechos humanos y libertades individuales de un ciudadano australiano al legitimo derecho de una o dos ciudadanas suecas que también reclaman justicia. Peor aún, los británicos no aceptan la interferencia de un Estado, aun con la venia de una de las partes, en beneficio de uno y en detrimento de los derechos de otros. Al respecto, hay que ser cuidadosos en la interpretación de la reducción del tono. No hay que confundir debilidad con retirada estratégica o la búsqueda de la sorpresa.
Lo anterior es apenas la punta o cabeza visible del iceberg, pues nadie conoce los intereses económicos, políticos y militares detrás del telón, ni las afinidades ideológicas, culturales, en fin, históricas, que puedan existir y condicionar los comportamientos de británicos y suecos versus el gobierno ecuatoriano, y lo mismo para los grupos de países que se alinean con uno u otro bando. Esto puede jugar en uno y otro sentido en ambos campos, prueba de ello es el pronunciamiento de la OEA, respaldando al Ecuador sin condenar a Inglaterra.  ¿To be or not to be? ¿No me recuerda esto un conflicto reciente frente a las costas de Argentina, donde se aplican los mismos argumentos expuestos anteriormente? ¿Qué pasó con el TIAR entonces?
¿Cuánto pesa entonces la norma, el derecho internacional y los principios ideológicos versus los intereses, afinidades y relaciones de poder entre unos y otros? En el campo de los hechos y posiciones encontradas, ¿Cómo se interpreta la norma, el derecho internacional y los principios ideológicos en ambos bandos? En cuanto a la defensa de los derechos humanos, ¿valen más aquellos nombrados en la defensa del Sr Assange o aquellos reclamados por el Estado sueco en defensa de sus dos ciudadanas supuestamente violadas? y, finalmente, ¿qué beneficios y costos residuales, luego de los aspectos nombrados, implica para Inglaterra y Ecuador el otorgar el salvoconducto o entregar al Sr Assange a las autoridades suecas? Quien pueda establecer, medir y calcular tales variables e indicadores y ratios, tendrá automáticamente la respuesta. En todo caso, la experiencia nos demuestra el total y absoluto relativismo con que se aplican los principios del Derecho Internacional, y la inutilidad de dicho enfoque teórico para explicar el fenómeno en cuestión y otros fenómenos similares que vivimos en la actualidad en el norte de África, e incluso, en la frontera ecuatoriano-colombiana.
Veamos un poco la materia prima para ello, aunque sea de fuentes solamente referenciales, con fines de ilustración:
Michael Moore entrega por medio de los abogados de Julian Assange una comunicación dirigida a los magistrados de Westminster, en Londres, en los siguientes términos*:
Expresa que ha aportado 20 mil dólares para la libertad bajo fianza de Assange, además, ofrece el apoyo de su sitio web, sus servidores, sus nombres de dominio y cuanto más pueda hacer para que Wikileaks siga vivo y floreciente y continúe su labor de exponer los crímenes urdidos y cometidos en secreto en nuestro nombre y con el dinero de nuestros impuestos. Afirma que con una mentira nos llevaron a la guerra en Iraq y que la única razón por la que creyeron salirse con la suya fue porque tenían un velo de secreto garantizado. Hoy esa garantía se ha desgarrado, y espero que jamás puedan volver a operar en secreto. ¿Y entonces por qué, luego de prestar tan importante servicio público, está hoy bajo un ataque tan virulento? Porque ha destapado y avergonzado a quienes han ocultado la verdad.
Por otra parte, en el documento divulgado se afirma que e l senador Joe Lieberman dice que Wikileaks ha violado la Ley de Espionaje, que George Packer, de The New Yorker, llama a Assange supersigiloso, de pellejo delgado y megalómano que Sarah Palin sostiene que es un agente antiestadounidense con las manos manchadas de sangre, a quien habría que perseguir con la misma urgencia con que perseguimos a Al Qaeda y los líderes del talibán, que el demócrata Bob Beckel (director de la campaña de Walter Mondale en 1984) declaró en Fox acerca de Assange: "Un muerto no puede andar filtrando cosas... sólo hay una forma de hacerlo: meterle un plomazo ilegalmente al hijo de puta", y que, para no extendernos demasiado, la republicana Mary Matalin afirma: "Es un sicópata, un sociópata... un terrorista". Finalmente, Moore argumenta que parte de la prensa corporativa ha minimizado su importancia (poco de lo que ha revelado es nuevo) o lo retrata como un sitio anarquista (lo que hace es simplemente publicar todo sin ningún control editorial) y, si Wikileaks existe, en parte, es porque los medios dominantes no han cumplido su responsabilidad. ¿Y si en 2003 el público hubiera leído los memorandos secretos en los que Dick Cheney presionaba a la CIA para que le diera hechos que le permitieran construir su argumentación falsa a favor de la guerra? Si un Wikileaks hubiera revelado en ese tiempo que en verdad no existían armas de destrucción masiva, ¿creen ustedes que se habría lanzado la guerra? ¿O más bien habría habido un clamor para que se arrestara a Cheney?
Hoy estaré en ausencia al lado de Julian Assange en Londres y pido al juez que le conceda la libertad. Estoy dispuesto a garantizar su retorno al tribunal con el dinero de la fianza que he enviado. No permitiré que esta injusticia quede sin respuesta. Sinceramente, (Su firma).
*Divulgada por SURySUR, el 23 de agosto, 2012.
Simultáneamente, el Sr. Pablo Chambers, miembro de la veeduría que realizó las investigaciones y redactó el informe sobre los contratos del Sr. Fabricio Correa con el gobierno del Ecuador, en declaraciones a Radio Democracia el día 29 de agosto de 2012 durante el noticiero de la mañana se permite afirmar, en términos generales, lo siguiente:
Que se encuentran realizando gestiones en distintas sedes diplomáticas para informar sobre su situación, en materia de seguridad y en materia jurídica, que en su caso se ha cambiado 4 veces al fiscal a cargo y un número aun mayor de jueces, que tienen prohibición de abandonar el país y deben presentarse cada quince días ante las autoridades judiciales y, entre otras cosas, se refiere a la obligación del gobierno de brindarle seguridad como un ciudadano más de la República de Ecuador.
Recuerdo mis años de vida en Berlín occidental, los tiempos de Checkpoint Charlie y el paso por la Friedrichstrasse, cuando el mundo estuvo en manos de Stalin, Eisenhower, Kennedy, De Gaulle, Churchill, Konrad Hermann Joseph Adenauer, Kurt Georg Kiesinger, Willy Brandt y muchos otros líderes que conocían exactamente la línea divisoria entre totalitarismo y democracia, entre el infierno y la patria, el terroir o la muerte, el amigo y enemigo, con el muro implacable que recordaba todos los días a los barbaros frente a las puertas.


Con cinco dedos de frente, un poco de decencia, algo de historia, y algunos permisos para recorrer Alemania oriental (DDR), Polonia, Checoeslovaquia y Hungría, por decir lo menos, sin lugar a dudas, todos habíamos visto y conocíamos la verdad sobre la granja de Orwell, por experiencia propia, no por sueños o referencias.
En medio de todo esto y en interacción constante y permanente con el mundo global, nuestra anatomía democrática se mantiene, fría en su armadura, muerta en sus flujos, el relativismo filosoficoeticopolitico se adueña del mundo, mientras Harry se divierte desnudo en Las Vegas y aparece en primera plana, ¿Gesto de autoritarismo acaso? ¿Clara expresión de censura tal vez? ¿Limitación a la libertad de prensa y libertad de expresión en Inglaterra? ¡Qué ironía!
El golpe de gracia que convalida nuestros argumentos aparece hoy en los medios de comunicación hablados y escritos de la República del Ecuador, cuando se anuncia con bombos y platillos la confirmación del asilo diplomático (aunque existe ya divergencias y opiniones encontradas en cuanto a la figura adoptada) al periodista ecuatoriano Emilio Palacios, quien gozará de algunos años de cómodo exilio en los Estados Unidos, producto del toma y daca del realismo internacional.
Lamentablemente, se afianza cada vez más el dogma de la infalibilidad democrática en detrimento del propio sistema democrático y sus bondades, el cual, a pesar de sus deficiencias, mas son los problemas en su gestión y operación, que los crímenes, sometimiento de poblaciones, manipulación del voto y guerra de conquistas que le son achacadas. Al respecto, Guillaume de Rouville, en su artículo El dogma de la infalibilidad democrática publicado en Le Grand Soir y en español por Bitácora de Uruguay, afirma  que “asignar a las democracias occidentales malas intenciones en las relaciones internacionales, es impugnar este dogma y exponerse a ser objeto de un linchamiento mediático”, con lo cual, se sataniza el instrumento por culpa del mal operador o mal usuario del instrumento. Podrá tener razón el Sr. De Rouville, pero la democracia paga los platos rotos. ¡Tremenda injusticia!  

jueves, 2 de agosto de 2012

GRAMSCI Y TODOS LOS TIEMPOS: ESTRATEGIA POLITICA

GRAMSCI Y TODOS LOS TIEMPOS
Un genio de la estrategia y el análisis político, este personaje histórico de todos los tiempos no deja de impresionar por la oportunidad, pertinencia y claridad de sus conceptos. Tengo que lamentar el hecho, que al igual que otros genios tenebrosos de la filosofía, la política y las artes, Gramsci elabora una teoría de la estrategia política de gran precisión y utilidad que se aplica hoy en día con una eficiencia pocas veces experimentada en la historia de los últimos doscientos años, para desgracia de la humanidad. Hitler, Mussolini, Stalin, Mao y otros dictadores mesiánicos aplicaron a tiempo completo la destrucción sistemática y secuencial de los centros tradicionales de poder valiéndose de la misma institucionalidad política y poder estatal para generar cambios radicales, no necesariamente revolucionarios ni progresistas, y perpetuarse en el poder.
En esta línea de pensamiento, mentes malignas pero brillantes han pasado a la historia y son estudiadas y textualmente aplicadas, pues no existe revolución exitosa sin teoría revolucionaria ni cambio exitoso sin teoría del cambio, insistiendo en la relatividad del término “exitoso”. De ahí proviene entonces la actualidad de un Maquiavelo y sus recomendaciones para la toma del poder y mantenimiento del poder, de Lenin sobre la función del Partido Comunista, de Stalin y sus permanentes conspiraciones y purgas, de Nietsche y la inmoralidad para beneficio de los más fuertes y poderosos, de Karl Schmitt y la relación amigo-enemigo como criterio de lo político, de Mao y su Revolución Cultural, y, del genial Gramsci y sus teorías sobre la hegemonía, bloque histórico y revolución.
Aquellos que siempre hemos creído en el valor y eficiencia de ciertos tipos de democracia como sustento indispensable de una sociedad civil y política, civilizada y segura, vemos con incredulidad y decepción como los actores políticos hoy en día se aferran en última y definitiva instancia a los principios realistas de la política y echan por tierra principios y valores, no importa su origen o inspiración, con el único objetivo de captar y permanecer en el poder. Vida eterna a Maquiavelo, Nietsche y para el admirado e imitado Gramsci: “No conozco sino a Grossi” (Callelo, 2007) respondió Althusser al ser interrogado respecto a la efiicacia y contenido de las superestructuras.   
La manipulación y control de la institucionalidad política, la penetración de los centros del poder político, la neutralización de los controles constitucionales, en fin, la destrucción o “direccionamiento de la gobernabilidad democrática” es un objetivo real muy de moda en Latinoamérica que nos lleva a la “gobernabilidad en la ingobernabilidad” de otros tiempos, valga la redundancia, con otros estilos y ropajes, con mayor maquillaje y legitimación popular, pero con mayores perjuicios y costos sociales a largo plazo, por los recursos desperdiciados y magnitud de los cambios y resultados obtenidos. ¿Cuánto costó a los alemanes federales la unificación de Alemania o más bien la incorporación de la República “Democrática” Alemana a la República Federal de Alemania? No quiero ni pensar en el costo que tendrán que soportar nuestras pobres y barsoneadoras repúblicas, donde, desde hace mucho tiempo:
“Cristo va por las calles flaco y enclenque

Barrabás tiene esclavos y charreteras

y las tierras de Chibcha, Cuzco y Palenque

han visto engalonadas a las panteras”.
(Maestro Rubén)
Y reclama el gigante americano:
“Soy Satán y soy un Cristo

que agoniza entre ladrones...

¡No comprendo dónde existo!

HARRY DORN HOLMANN
IO SOI IO

Calello, Osvaldo. Gramsci: hegemonía, bloque histórico y revolución. www.izquierdanacional.org. 2007.