LA
MALA MONEDA DESPLAZA LA BUENA, LA PEREZA DESPLAZA LA PRODUCTIVIDAD, LA DEMAGOGIA
DESPLAZA LO ELEMENTAL, EL AUTORITARISMO DESPLAZA LIBERTADES Y DERECHOS, TODO ESTO DESTRUYE EL ORDENAMIENTO SOCIAL.
Hasta cuando comprenderán nuestros políticos y
encantadores de serpientes de América Latina que la única vía para el desarrollo
consiste en: generar valor agregado, crecimiento económico, redistribución
equitativa del ingreso y promover y garantizar mercados competitivos (la
regulación de la desregulación de los mercados para garantizar la
competitividad) en el marco de un régimen democrático que promueva a su vez la
sana competitividad política.
Concentración de la producción y comercialización
(monopolios u oligopolios) y concentración y abuso de poder (autoritarismo u
totalitarismo), son las dos grandes enfermedades de los sistemas económicos y
políticos; el cáncer de la economía de libre mercado y del régimen democrático.
La experiencia y el estudio de la historia nos
muestra que los países económicamente fuertes y políticamente influyentes en el
sistema internacional, son países donde predomina la economía social de mercado
o sistemas económicos protegidos contra los monopolios u oligopolios, con una
legislación antimonopolios rígida y democracias parlamentarias o
presidencialistas estables.
Lo anterior se acopla con una concepción del trabajo
opuesta al rentismo, que lo concibe como una forma de realización y
cumplimiento voluntario de una misión o respuesta a un llamado, con el propósito
de una vida mejor y una sociedad segura, estable y de continuo progreso.
Monopolio y concentración y abuso de poder; el
cáncer de la civilización.