SINTONÍA DEMOCRATICA
DONDE LA CALLE TIENE MUCHO QUE DECIR
Al
finalizar la segunda guerra mundial emergen los nuevos regímenes al frente de
los países de África del Norte y Oriente
Medio, y se consolidan nuevos líderes en el poder ya sea por su carisma, por la
tradición, o por alguna forma de legitimidad formal (para aplicar la teoría de
la dominación del maestro Weber) o, por la fuerza, léase, golpe de Estado.
Vemos nacer la figura de todo un Nasser que sacará provecho de tiros y troyanos
ante la disputa de soviéticos y estadounidenses por el control del Canal de
Suez y las valiosas fuentes y reservas
de energía de la región. Franceses y británicos darán sus últimas patadas de
ahogado por recuperar el control de sus influencias perdidas y el poder de los
Estados Unidos tendrá la última palabra sobre la geopolítica para la región, es
decir, acerca de las nuevas formas de dominación. El argumento ideológico es: “fin
de la era colonial”.
Posteriormente,
serán los italianos, guiados por el gran
Enrico Mattei, Presidente del Ente Nacional de Hidrocarburos (ENI), quienes buscarán provecho en la zona. Mattei,
hombre de gran visión, capacidad diplomática y gran talento, pagará con su vida
su atrevimiento y éxitos obtenidos por aplicar una política realista y
pragmática en materia petrolera y en beneficio para su nación. Su avión explota
a consecuencia de una bomba colocada en su avión, apenas a cinco minutos de
aterrizar en el aeropuerto de Milán.
La Guerra Fría
entrará en su fase más aguda, cada bloque mueve sus piezas de acuerdo a sus
propios intereses, surgirán figuras como el Sha de Irán y se buscará consolidar
regímenes democráticos y de hecho (es el caso de Israel y algunas monarquías
árabes respectivamente) afines a los intereses de los Estados Unidos y las
grandes corporaciones petroleras con sendos intereses en la región. Surgirá
también el movimiento de países no alineados, desde la Conferencia de Bandung en
1955 y la Primera Conferencia Cumbre de Belgrado en 1961, liderados por Nasser
y el Mariscal Tito, entre otros, Finalmente y después de cuarenta años de Guerra Fría, colapsa la Unión
Soviética y cae el Muro de Berlín.
Pero, “il
mondo gira”, evoluciona, y los acontecimientos no se hacen esperar. El nuevo
año emerge y el mundo árabe se convulsiona, y desde hace más de un mes, las
mentes, ojos y oídos se concentran en Tunes primero, Egipto después, y la llama
de la libertad y reivindicaciones sociales se propaga a Irak, Irán y Sudan. África ruge y los dictadores ponen las barbas
en remojo. “Que esto no es Egipto”, dicen algunos, que “hay que renovar el gobierno”, proclaman otros, pero
el nerviosismo invade a todos los regímenes dictatoriales o regímenes de hecho
en toda la región y el mundo, y los pueblos persisten engorilados en su lucha, sintonizados
y patrocinados bajo el ojo crítico de las redes sociales encadenadas por las
maravillas del Twitter y Facebook.
Las posiciones se radicalizan. El parlamento iraní
reclama y amenaza con la pena de muerte contra los manifestantes, y el
Presidente Obama invita al pueblo iraní a ser tan valiente como el pueblo
egipcio. Peligro! Este discurso sobre la valentía me huele a lo de Radio Libertad,
durante la crisis de Hungría, cuando el apoyo de occidente nunca llegó. Claro,
me refiero al apoyo militar y económico para rechazar la influencia soviética
en aquel momento, y no al apoyo moral, tan abundante y devaluado hoy en día.
Pero los tiempos cambian, y en el levantamiento
egipcio, el desarrollo tecnológico supera las mañoserías y caprichos del
“ultimo Faraón” y ante la clausura del Ciberespacio, Google y Twitter habilitan
el "Speak2Tweet"
(una aplicación de Twitter para gravar la voz), superando inconvenientes y
obstáculos de una dictadura obstinada y anacrónica. En el más puro sentido de Michael
Hardt y Antonio Negri, el pueblo egipcio, los pueblos árabes, el pueblo de Irán
y la comunidad internacional se convierten en uno, se aglutinan en la “Multitud” (Hardt y Negri. 2004), a pesar de
las diferencias culturales, raciales, de género y de vida con el resto del
mundo. De pronto, se globaliza lo local y se localiza lo global, en una
amalgama que nos invita a entender, comprender, explicar, y por supuesto, a
solidarizarnos con aquellas comunidades atrasadas y oprimidas por regímenes
obsoletos que no compaginan con las necesidades y realidades de sus pueblos.
Y entonces,
como por encanto, se vuelve realidad aquel desafío que los autores antes
mencionados plantean en su obra: “El desafío que plantea el concepto de
multitud consiste en que una multiplicidad social consiga comunicarse y actuar
en común conservando sus diferencias internas” (Michael Hardt y Antonio Negri. 2004:
16). Y, poco a poco, los discursos light se radicalizan más y más, las
declaraciones se multiplican y la sociedad internacional exige que se atiendan
las exigencias del pueblo egipcio. Las redes sociales emergen como el gran
caudillo en la lucha política, llamando
a la solidaridad global.
Bajo los
esquemas clásicos del caudillismo y populismo tradicional, el líder interpreta,
el líder promete, el líder resuelve, el líder concentra las decisiones y el
poder. Los líderes carismáticos son dueños únicos de la
retorica, “la retorica del líder”. Sistemáticamente y en una sola vía, el líder
apela a lo popular y fragmenta el campo político: pueblo versus oligarquía,
pueblo versus imperialismo. El líder carismático es incompatible con los compromisos
y arreglos formales pues se sitúa por encima de los canales institucionales.
En cambio, el nuevo liderazgo de las redes sociales
es anónimo, carece de nacionalidad, de ideología, no es uniforme y carece de
institucionalidad. El nuevo “líder” crea y produce. El nuevo líder sistemisa
las partes, lo local y lo global. Los lasos en común no son impuestos: “En
realidad, lo común que compartimos no se descubre, sino que se
produce”….”Nuestra comunicación, colaboración y cooperación no se basan
únicamente en lo común, sino que lo producen, a su vez, en una relación espiral
siempre en aumento” (Michael
Hardt y Antonio Negri. 2004: 17).
En el mundo
global, las redes sociales y los medios modernos de comunicación “unen”, en un
dialogo constante y permanente, donde el mensaje, las ideas, los compromisos y
los llamados de libertad van y vienen en ambos sentidos, en un feedback
enriquecedor, bajo un solo mensaje y aspiración global: “El factor común que se
haya en tantas luchas y movimientos de liberación del mundo contemporáneo, a
escala local, regional y global, es el anhelo de democracia. Obvio es decir que
el anhelo y la reivindicación de una democracia global no garantiza su realización,
pero no deberíamos subestimar el poder que pueden tener tales reivindicaciones”
(Michael Hardt y Antonio Negri. 2004:
18).
Hoy en día
los pueblos se informan, se unen, y no se dejan fácilmente intimidar.
Democracia, es el grito de lucha de la sociedad internacional.
BIBLIOGRAFIA
Michael
Hardt, Antonio Negri, Multitud. DEBATE.
2004.
Exelente análisis, la profunda influencia de las nuevas herramientas de comunicación, se ha convertido en un considerable determinante del actuar social con respecto a la gestión de los gobernantes.
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