martes, 29 de marzo de 2011

La visita de Obama


Apostemos a la cooperación

Felicidades Sr. presidente Obama, su visita a los países de América Central y América del Sur constituye un gran paso en el camino correcto. En efecto, la pobreza se elimina o reduce generando riqueza, y la riqueza se obtiene generando valor agregado, invirtiendo en los sectores productivos, promoviendo el comercio y transparentando mercados. “Por sus obras los conoceréis” dijo nuestro Señor Jesucristo, y los resultados concretos son la mejor forma de verificar, desechar, comprobar o legitimar la eficiencia y eficacidad de los modelos de gobierno, de las teorías económicas o de las ideologías políticas.
Fue el edificio de Axel Sprienger del Spriengerverlag, desde Berlín Occidental, quien proporcionaba noticias que eran leídas por los habitantes de la sombría Berlín Oriental, lo que les permitía conocer, analizar, comparar y explicar las diferencias entre la Alemania Occidental y la Alemania comunista. La comparación de realidades no tiene ni bandera ni coloraciones ideológicas y a la larga, las evidencias y verdades se terminan imponiendo.
En nuestro mundo globalizado, la cooperación y la integración se imponen y nos demuestran con hechos concretos la pertinencia de sus principios y postulados. Tanto en Europa como en los países asiáticos, bajo distintas modalidades y mecanismos de coordinación y gestión, tales herramientas han demostrado los múltiples beneficios de una sociedad de Estados, ya sea regional o continental.
La “estabilidad del sistema internacional” a base de poder duro o poder blando ha quedado atrás y las políticas hegemónicas, ya sean de hegemonía absoluta o hegemonía cooperativa deben quedar en el pasado. La promoción de Shas, de Husseines, de Saddates y otras perlas de Basora, ha significado pérdidas en vidas humanas, de recursos materiales y de todo tipo, tanto para las economías centrales como para la humanidad, salvo aquellos intereses corporativistas que se benefician de la guerra y el dolor de los pueblos.


Hoy en día, la cooperación y procesos de integración tienen que sustentarse en mecanismos democráticos de beneficios mutuos, aun cuando existen grandes asimetrías entre Estados, diferenciando claramente lo que es una imposición hegemónica de lo que significa una guía u orientación política y económica. En buena hora que, después de la visita de Obama, los medios de comunicación se refieren ya a claras señales “de que se puede invertir y confiar en El Salvador y de un enfoque desarrollista y de responsabilidad conjunta para tratar los problemas de la migración”, lo cual pondría fin a las políticas seguritizadoras que no han aportado mayor cosa a la región.
La visita del presidente Obama a El Salvador, Brasil y Chile, establece importantes puntos de referencia como polos de desarrollo que les permitirán comparar modelos con resultados concretos en distintos países, cuya diversidad es evidente. Si las cosas continúan así, veremos los resultados de una mayor cooperación en una economía de mercado, en un modelo realista periférico y pragmático, y en un país con grandes esperanzas y reivindicaciones sociales, como es el caso de El Salvador.
¡Apostamos a la cooperación!

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